8.8.12

"La economía del crimen organizado" en el inicio de la publicación "Agenda Oculta" de La Alameda


Lavado de Dinero en Argentina
Trata de mujeres y trabajo esclavo tienen su contrapartida en el costado económico.
Las organizaciones dedicadas a cometer estos delitos que denigran la condición humana, se pueden combatir, también, interceptando las ganancias ilícitas.
Los delitos son un instrumento para conseguir dinero, si le quitamos la motivación, es decir el dinero, estaremos atacando la efectividad del “negocio criminal”, estaremos  apuntando directamente al núcleo del sistema perverso.
La etapa siguiente una vez cometido el delito es la re-utilización del dinero obtenido o su introducción disimulada en la economía legal. Si ese dinero se detecta e incauta, la organización criminal queda debilitada. De lo contrario, se expande y fortalece, se retroalimenta. De allí la importancia de perseguir el lavado del dinero producido en estas acciones criminales.
Los fondos recaudados se utilizan para mantener en funcionamiento la organización, pero una buena parte se invierte en la expansión del mismo “negocio”, en otros negocios ilícitos y también en actividades lícitas. Todas estas colocaciones de recursos se pueden rastrear a través de cuentas y transacciones bancarias, sociedades o asociaciones pantalla que buscan introducir disimuladamente los fondos en los circuitos legales.
Al establecer los vínculos de las entidades y los criminales, y determinar los caminos que recorre su dinero, será posible entregar la información en bandeja a la justicia para que actúe.
Congelar el dinero, incautarlo e iniciar los procesos judiciales en la justicia penal son  los pasos siguientes, que permitirán desarticular las organizaciones criminales. Al reiterar sucesivamente estas acciones se posibilita sacar de circulación a estos grupos criminales.
En el mundo se está trabajando cada vez mejor en el combate del lavado de dinero, pero en Argentina el organismo especializado, la UIF, está estancado. Sus responsables no saben o no quieren saber cómo se debe trabajar.
La actual conducción utiliza al organismo como un brazo más de la acción política partidaria, y esto es muy grave en un país democrático. El problema es doble, no se trabaja debidamente en analizar acciones sospechas y, por otro lado se mal utiliza el organismo como instrumento de acción política.
La UIF recibe toda la información necesaria para monitorear las transacciones sospechosas. También tiene el presupuesto necesario que le permitiría contratar los mayores especialistas y contar con los mejores equipos informáticos y software.
Sin embargo, la entidad opera de una manera inadecuada, torpe, casi nada se consigue, reina la mala administración de los recursos. El resultado final es la ineficiencia, y así se le da una enorme ventaja a las organizaciones delictivas.
A pesar de ello, conocida la limitación por inoperancia del organismo, es mucho lo que se puede hacer atacando, desde las organizaciones sociales el costado económico de estos denigrantes delitos.
La Alameda, con la ayuda de otras ONG podría dar un paso importante si atiende estos aspectos, porque los efectos que más carcomen a los delincuentes es la confiscación de sus ganancias.
El secreto para combatir eficientemente el lavado, es la información que se obtiene a través de quienes permanecen cerca de los criminales. El análisis de esta información para su transformación en prueba incriminatoria, es el paso siguiente que realizan los investigadores eficaces y honestos. De allí al desmembramiento de las organizaciones por parte de los jueces y fiscales con la ayuda de las fuerzas de seguridad, hay un tramo corto.
Muchos casos quedan empantanados en la "justicia" porque las pruebas resultan insuficientes. Pues hay que trabajar en mejorar la calidad de las pruebas. Ello se puede.
La Alameda recorrió con éxito los caminos más difíciles de sortear, lo hizo muy bien, produjo muchos cambios, sacó a la luz casos complejos, se enfrentó al "poder" y triunfó.
Un paso importante a dar ahora es el trabajo en cuestiones de “inteligencia”. Si la UIF no lo hace se puede encarar desde las mismas ONG. Es una función contra natura, pero mientras los gobiernos no cumplan las funciones que tienen a su cargo, alguien las tiene que realizar.
A pesar de la falta de colaboración de las autoridades y la resistencia que oponen y trasmiten personas interesadas y organizaciones criminales con dinero o “poder”, a pesar de todo ello, es posible trabajar y alcanzar ciertos niveles de éxito.
Se pueden multiplicar los resultados contra el delito mediante una acción dirigida a erosionar la fibra más sensible de la condición humana, que es el dinero.
Somos consientes que buena parte de las recomendaciones dadas constituyen tareas a cargo de los gobiernos y las autoridades, pero mientras ellos reaccionan, no podemos permanecer quietos dejando que los males que aquejan a nuestro pueblo continúen en expansión.

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