16.9.12

Un presidente y su vice discutieron sobre corrupción y fraude democrático en su gobierno

En pleno juicio oral por las "coimas en el Senado" Carlos Chacho Alvarez le dijo su verdad en forma clara y sin tapujos al abogado penalista Fernando De la Rúa, imputado por autorizar el pago de coimas a un grupo de legisladores


Por primera vez en 12 años, el ex vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez polemizó en público con el ex presidente Fernando de la Rúa sobre las razones de su renuncia. Lo hizo durante el juicio sobre el supuesto pago de coimas a senadores para la aprobación de la ley laboral.

Álvarez declaró como testigo durante seis horas, en las cuales aseguró que tiene la "certeza política" de que se pagaron coimas y de que De la Rúa intentó "dar un golpe de autoridad" y desautorizarlos cuando no le pidió la renuncia al ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y al ex jefe de la SIDE Fernando de Santibáñez. Ambos son mencionados como los funcionarios que habrían intervenido en el pago y que están sentados en el banquillo de los acusados.

La audiencia del juicio se transformó ayer en una especie de terapia de pareja en vivo cuando De la Rúa -como abogado en causa propia- tomó la palabra e interrogó al testigo que había dicho que las razones de su renuncia fueron las coimas.

"Renuncié porque usted ratificó en los cargos y promovió a los sospechados. Mi renuncia se debe a que no podía acatar sus decisiones. Desde el Senado yo necesitaba un gesto de apoyo y, al contrario, usted promovió a los sospechados. Necesitábamos gestos concretos y usted promovió un golpe de autoridad contra mi persona", le dijo.

-¿Esas fueron las razones de su renuncia?

-Tenía que oponerme a las decisiones que usted tomó. Si me hubiera quedado en el gobierno se hubiera radicalizado el problema.

-¿Era una competencia de poder?

-No, si hubiera sido así, me hubiera pasado a la oposición y nunca lo hice. Dejé mi fuerza política pagando los costos de un gobierno que fue un fracaso", le espetó en la cara Chacho.

De la Rúa no se inmutó y siguió repreguntando. Chacho lo toreó al considerar que el ex presidente creía que su intención era limar su autoridad y reprocharle su debilidad política evidente, según él, desde los tiempos de la campaña electoral.

Fue como espiar a dos personajes de la historia que, en vivo y 12 años después, debatían las razones de sus diferencias políticas que marcaron al país.

Chacho fue una figura central en el saga de las coimas, ya que fue quien se encargó de dar a publicidad, en una reunión de Labor Parlamentaria del Senado, el famoso anónimo en el que se describía el operativo de las coimas.

Álvarez respaldó sus certezas de que se pagaron sobornos en elementos políticos que fueron puestos en crisis por las preguntas de los defensores y no convencieron del todo al tribunal, que ahondó el interrogatorio.

Destacó el vicepresidente que se formó su certeza a partir de que el entonces senador Antonio Cafiero, que le dijo que supo de senadores que cobraron, y a partir de las notas de Joaquín Morales Solá en La Nación. Mencionó además que en el gobierno nadie dudaba de que se hubiera pagado y de que hubo un pedido para que renunciaran todos los senadores, y finalmente se cambiaron los jefes de bloque sin mayores protestas.

Ante las preguntas de la defensa de Santibáñez, admitió que no tenía pruebas concretas y ante la de los jueces Miguel Pons y Guillermo Gordo se allanó al reconocer que sus indicios eran políticos y concordantes.


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