La dinastía Kirchner creó un sistema de saqueo antes de iniciar sus gobiernos y lo mantuvo hasta el final
Un gobierno pensado para desviar fondos y enriquecerse con apariencia de legalidad
Un primer indicio lo tenemos con la creación
de Austral Construcciones; al día siguiente de quedar confirmado que Néstor
Kirchner era presidente de la República Argentina por retiro de la candidatura
de su oponente, fue inscripta la sociedad anónima en el organismo de control; y
quedó lista para funcionar solo seis días antes que NK asumiera la más alta
magistratura del país, como jefe del Poder Ejecutivo. Esta sociedad nació como
empresa constructora, es decir, se tomó la decisión de crear la sociedad que
iba a realizar trabajos de construcción. Sin pérdida de tiempo y mientras ya NK
sabía que ejercería tan importante cargo, se iban realizando las tareas de
alistamiento del nuevo ente que se pondría en marcha una que vez que asumiera
el cargo. Y así fue. Con los libros rubricados el 13 de junio de 2003 habrían
comenzado a registrarse las operaciones realizadas.
Durante los años 2003 y 2004, mientras se
organizaba el mecanismo de funcionamiento y se completaba la rueda de trabajos,
se facturaron obras a razón de un millón de pesos por mes. En 2005 superaron
los $10 millones por mes de facturación promedio y en 2006 alcanzó a más de $30
millones, según la información que proviene de los Estados Contables.
El ministerio de obras públicas se encargó
eficientemente de volcar todos los trabajos que le resultaron posibles hacia la
Provincia de Santa Cruz, y entre las empresas que resultaron más beneficiadas
con las adjudicaciones se encontraban, en primer lugar, con más del 70% de las
obras, AC junto a las restantes del Grupo Báez, según surge de la información
producida recientemente por Vialidad Nacional. Existió un claro trato
preferencial del gobierno a estas empresas. Pero, para dar apariencia de haber
realizado licitaciones transparentes y así disimular el trato preferencial y
direccionado, se llevó a cabo un proceso de cartelización y así poder
intervenir en las ofertas bajo diferentes razones sociales. Ya en el año 2007
las Ventas llegaron a los $70 millones mensuales y durante los años restantes
se mantuvo en un nivel de aproximadamente $63 millones mensuales.
La falta de competencia permitió cotizar y
obtener para AC obras con precios elevados, valores a los que se adicionaron ganancias
por las obras cobradas y no realizadas, los sobreprecios y los beneficios
financieros por anticipo de dinero y cobro en muy corto plazo. Ante la
existencia de márgenes muy significativos, la sociedad AC implementó el mecanismo
de registrar egresos apócrifos, ya sea como y Costo también como Gastos.
Es así que se advierten, a simple vista, inconsistencias por registraciones que
serían apócrifas, por sumas muy elevadas.
También encontramos en la contabilidad de los
años 2011 y 2012 Ingresos por $300
millones, sospechosos en cuanto a la legitimidad de su procedencia.
Ahora bien, la existencia de egresos mediante
documentación apócrifa o inexistente viene a posibilitar la salida de dinero en
negro, cuyo destino no consta en los Estados
Contables, toda vez que nadie registra en su Contabilidad ni deja asentado el destino que da a los fondos
marginales.
Sin embargo, surge la presunción que esos
fondos habrían tenido diversos destinos: inversiones en inmuebles no declarados
como las que ya se habrían determinado en la presente causa; acumulación de
dinero en efectivo; depósito de dinero en cuentas del exterior[1];
pagos a los funcionarios que han facilitado el funcionamiento del Sistema de sustracción de fondos públicos.
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