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La AFIP requiere la máxima seriedad en todas las funciones que cumple.
El área de investigación de los delitos tributarios más complejos, cuyo principal valor es la experiencia de sus miembros, ha sido desmantelada, se ha desintegrado.
Los miembros de este grupo no solo son profesionales muy capacitados y con gran experiencia en la materia, sino que se trata de un equipo de expertos de probada honestidad, un atributo que resulta de una gran trascendencia.
Paradójicamente, este equipo de personas fue desarticulado, disuelto como tal, sus miembros fueron enviados a realizar tareas intrascendentes, donde no pueden aplicar su especialidad.
Ello representa un notable perjuicio para el organismo y para el país. Todo indica que la orden de desintegrar esta oficina ha sido del propio director del organismo de recaudación, el contador Ricardo Echegaray.
Esta decisión es contraria a lo que debe ser. En lugar de premiar, alentar, buscar que el resto imite a los buenos funcionarios, las medidas adoptadas van en sentido contrario.
No se trata de la primera vez que ocurre esto en el organismo, ya ha ocurrido al momento de asumir su cargo el director de la AFIP.
El país no se puede dar el lujo de perder a tan buenos funcionarios, ni siquiera resulta aceptable que sean separados transitoriamente, para que no "estorben" con alguna investigación de personas o empresas cercanas al poder o al gobierno.
Es muy probable que los reclamos que se formulen, en nada hagan cambiar las cosas, porque ese ha sido el estilo mostrado en otros casos similares, no solo en la AFIP, sino en otros organismos de control e investigación (UIF, CNV, FIA, OA, SIGEN, etc).
Cuando no se ha podido desplazar a los funcionarios, se han recortado las funciones o al menos ese fue el intento, tal como ocurrió en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas con Manuel Garrido y Eduardo Blanco Alvarez y en la Auditoría General de la Nación con Leandro Depouy. Solo ha podido resistir airoso este último funcionario, quien depende del Congreso de la Nación.
Es necesario preservar la integridad de todos estos funcionarios y alentar el libre ejercicio de sus cargos, apoyándolos y dotántolos de recursos y tecnologías, pues ellos son los garantes de la sociedad, desde ya que nos referimos a los buenos funcionarios desplazados.
La AFIP es el organismo nacional de recaudación de impuestos de Argentina. La Administración Federal de Ingresos Públicos recauda los impuestos nacionales y nutre de recursos el Presupuesto Nacional.
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