16.12.12

El peor de los castigos para un mal juez: el estigma

Oyarbide ...!! Oyarbide ...!!


Estigma suena a una palabra difícil, pero creemos no existe otra mejor para definir el castigo social para quien obra en contra de los intereses de una sociedad a la que pertenece, que comete delitos que le hacen muy mal a esa sociedad y que no obstante pretende hacer una vida normal, pasar desapercibido, ser aceptado.

Exhibición Federer-Del Potro
Esa persona no es un ciudadano cualquiera, sino que es un juez, alguien que ejerce el cargo para aplicar la ley y hacer justicia cuando en innumerables situaciones ha hecho todo lo contrario. Utiliza el poder que le da la condición de juez.

Una de las acepciones de "estigma" es desdoro, afrenta, mala fama. Esto es lo que se ha creado Oyarbide, mala fama. Y nos dicen que desdorar es deslustrar, deslucir, mancillar la virtud, reputación o fama. Él ha mancillado su condición de juez.


Ha hecho mal a la sociedad, pero también a los demás jueces, a la justicia, a los gobiernos, a la política. La gente lo reconoció y lo repudió, no quiere compartir con él momentos de ocio, de felicidad o de esparcimiento.

Por eso los asistentes a la exhibición que dieron los tenistas Roger Federer y Juan Martín Del Potro en el estadio de Tigre, lo abuchearon con cánticos tan pronto detectaron su presencia en el estadio, y no cesaron hasta que se retiró.

Si nos remontamos a fines de 2009, cuando Oyarbide dio las primeras señales de cómo estaba llevando la causa de enriquecimiento de los Kirchner, Contadores Forenses ONG se presentó en la causa, señalamos las anomalías, seguimos el curso de la pericia contable, que era prueba central de este proceso.

Desde el propio juez hasta el resto del sistema judicial no nos permitieron participar del trámite judicial. Pero igual tomamos parte del caso, desde la sociedad civil, informando la realidad de lo que estaba pasando. Así pudimos hacer llegar la realidad, que indicaba que Oyarbide apuró el cierre de la causa, sin fundamentos, cuando debió seguir investigando las serias irregularidades que marcaron los peritos contadores.

Sin bien esa participación de nuestra ONG no dio vuelta el caso, sí dejó muy claro que Oyarbide actuó mal, que existían serias sospechas, que el juez miró para otro lado y dictó rápidamente un indebido sobreseimiento.

El fruto de nuestra tarea lo hacemos tangible cuando vemos que la sociedad recibió bien el mensaje y que a pesar que lo justicia de los jueces no se hizo, sí se hace la justicia de la gente, que no es poca cosa.

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