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10.3.15

Maniobras fraudulentas de María Julia Alsogaray en la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano

La condena a tres años y seis meses de prisión, multa $ 50.000, inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena e inmediata captura, una vez firme la sentencia.


Diversas irregularidades son la base de la decisión del tribunal oral:

La aprobación de adicionales sin justificación alguna, numerosos incumplimientos en los plazos de ejecución de las obras, inobservancia de los presupuestos estimados, pago de precios superiores a los del mercado y el cobro de honorarios por parte de los consultores ingenieros a tasas superiores a las contractualmente establecidas.

El perjuicio patrimonial ocasionado al Estado Nacional es de al menos  380.000 pesos/dólares de honorarios cobrados en exceso. A este perjuicio se debe sumar que se privó al Estado Nacional de mejores precios o términos más convenientes a los obtenidos, y ajenos a la discrecionalidad de los agentes públicos que intervinieron en las contrataciones, por haberse evitado en forma reiterada e ilegal la licitación o concurso público. 

Para entender la fraudulenta operación que generó un daño económico al erario público de semejante magnitud, corresponde ir desgranando las diversas y numerosas irregularidades que me permiten afirmar que la constitución del fideicomiso en el Banco Ciudad de Buenos Aires se realizó de manera irregular y que la contratación de los ingenieros Bignoli y posteriormente de las empresas y personas proveedoras de los bienes y servicios, fue realizada en forma ilegal y orientada.

22.12.14

Con base en cuestiones contables fue posible probar la metodología delictiva de la ex Secretaria de Ambiente Romina Picolotti

Romina Picolotti, era la contrafigura exacta de su antecesora María Julia Alsogaray. O parecía: parientes y amigos contratados por montos exorbitantes, frecuentes viajes en jets privados, compra de decenas de computadoras de última generación, gastos inexplicables en muebles que nadie usa o el alquiler de edificios para alojar a cientos de empleados contratados sin motivo, son los trazos gruesos de una gestión caracterizada por el derroche y la ineficiencia. Pero eso no es todo: semejante desmadre es posible gracias al desvío de fondos presupuestarios hacia una fundación pública creada con otros objetivos, y cuyas compras no están sometidas a los procesos y controles habituales en la administración pública.