Mientras continua la investigación de Macri en los Panamá Papers, subsisten las desprolijidades en el manejo de su patrimonio.
Al conocerse la instrumentación del fideicomiso ciego del 12 de abril de 2016, se advierte que dejó fuera el manejo de las cuentas con sus amigos Grindetti y Caputo.
Grindetti, ex ministro de hacienda de la ciudad está sospechado de manejos irregulares de las cuentas del gobierno porteño, que le mereció una causa penal y Caputo realiza negocios de construcciones con la ciudad y la nación. Resulta que el presidente declara que ambos le deben dinero por haberles vendido activos. Sería bueno escuchar una aclaración al respecto.
En lugar de entregar el manejo de estos créditos al administrador del fondo fiduciario, el vínculo de amistad y de negocios continuará en manos del presidente Macri, lo que no es recomendable que ocurra.
Algo similar ocurre con los fondos que el primer mandatario tiene depositados en las Islas Bahamas. Su manejo no fue puesto bajo la administración del fideicomiso. Ello se contrapone con el anuncio que hizo el presidente, cuando hizo saber que le indicaría al administrador que proceda a transferir esos fondos a la Argentina.
Lo mismo ocurre con los campos en Salta y los terrenos en Pilar, adquiridos el año pasado, que los seguirá administrando Macri, en persona. Todos estos bienes -cuya administración retiene el presidente- le podrían generar incompatibilidades y su administración le restará tiempo que debiera ocupar en gobernar.
